Noa tiene fama de ser un desastre, pero no piensa cambiar. Se ha pasado la vida siguiendo sus impulsos, sin medir las consecuencias ni pedir perdón por ello. Hasta que, en el primer día de su nuevo encargo, se cruza con Ruth, una chica que la mira como si fuera el mayor de los pecados.

Desde ese instante, Noa se siente irremediablemente atraída por ella, pero Ruth es un muro de hormigón que le impide acercarse. Y, aunque el mundo de Ruth está lleno de certezas que la protegen, cada mirada y cada gesto que Noa le dedica hacen que todo tambalee, obligándola a cuestionar todo lo que creía inquebrantable.

A medida que se van conociendo, el muro entre ellas empieza a derrumbarse, hasta que las emociones se desbordan y se vuelven imposibles de controlar. Pero cuando el hilo invisible que las une se tensa, amenazando con romperse, Noa y Ruth deberán decidir si se eligen, a pesar de que el mundo insista en que no deberían. Porque amar sin garantías asusta, pero también puede ser el comienzo de algo maravilloso.

Una historia intensa y valiente que deja una huella imborrable mucho después de cerrar el libro… incluso cuando nadie lo entienda.